Otra parte esencial que tenemos
que tener en cuenta a la hora de comprar un telescopio es su montura, las hay dos tipos: azimutal y
ecuatorial. Tal vez el sistema óptico sea idéntico en ambos casos, la imagen
que el instrumento nos proporciona, la
solidez del trípode o del pie es igual pero el precio de ambos modelos es muy
distinto, porque entre una cosa y otra hay una diferencia muy grande, la montura.
Montura azimutal |
El sistema azimutal es muy
sencillo y permite desplazar el telescopio en dos tipos de movimientos: en
horizontal de derecha o izquierda y en
altura hacia arriba o abajo. Aunque este tipo de montura nos permite apuntar
libremente hacia todas las direcciones y es mucho más barato, debe ser
desechado por quien desee dedicarse a la observación astronómica. Con él no
conseguiremos más que desesperarnos en la búsqueda de objetos celestes y
olvidarnos de usar cualquier medida científica.
La montura ecuatorial aumenta el
precio aproximadamente en un 50%, pero nos proporciona unas posibilidades
ilimitadas en orientación de acuerdo con las coordenadas celestes. Es
fundamental esta montura para dedicarnos a la observación astronómica.
A primera vista, el telescopio
ecuatorial puede resultarnos un dispositivo complicado en sus movimientos. El
tubo queda en ocasiones descentrado respecto al trípode, y sin embargo, la
montura ecuatorial en la observación astronómica, lo es todo.
Montura cuatorial |
Los elementos básicos lo constituye
el eje polar y el eje ecuatorial. Haciendo girar el eje polar, orientamos el
telescopio de acuerdo con las distintas ascensiones rectas; haciendo girar el eje ecuatorial, orientamos el aparato según las
distintas declinaciones. Por lo
tanto, la montura ecuatorial nos permite guiarnos en la observación astronómica
de acuerdo con las coordenadas celestes. Los dos ejes suelen tener unas
mordazas o tornillos de mariposa, que los inmovilizan cuando conviene, o les
permiten girar cuando se dejan flojas.
Para hacer movimientos de una parte del cielo a otra alejada de donde nos encontramos, le quitamos las
mordazas y movemos el telescopio
manualmente; para movimientos muy cortos o seguimiento de u objeto celeste lo
haremos a través de los mandos de ascensión recta y declinación, que son
generalmente unos cables flexibles unidos a unas ruedas dentadas.
Una montura ecuatorial debe estar
provista de los correspondientes círculos graduados: el de ascensión recta, en
horas y fracciones (de 0 a 24), y el de declinación, en grados y fracciones (de
0 a +90 y a -90) según nos movamos al norte o al sur del ecuador.
Lo primero que tenemos que hacer
una vez hemos adquirido un instrumento provisto de montura ecuatorial, es
orientarlo debidamente. El eje polar
debe estar dirigido hacia el polo celeste. La estrella polar en el norte y la
Sigma del Octante en el hemisferio sur.
Teniendo en cuenta que la altura
de la estrella polar respecto al horizonte es igual a la latitud del lugar y
que la montura suele traer un semicírculo graduado que va de 0 a 90 grados,
soltaremos el tornillo que permite levantar el eje polar hasta colocar nuestra
latitud y colocaremos en el centro del buscador
la estrella polar, para ello, también podremos mover el telescopio (aflojando
otro tornillo) a derecha o izquierda hasta conseguir el centrado. Una vez
colocada en éste y enfocando adecuadamente la vemos también a través del telescopio
si hemos centrado adecuadamente el tubo del telescopio y el buscador anteriormente, después fijaremos las
mordazas que permiten el movimiento de los ejes.
Montura ecuatorial antes de montar en el trípode |
Una vez que tenemos orientado nuestro telescopio,
tenemos que ajustar los círculos graduados. Manteniendo inmóvil el trípode,
movemos el tubo del telescopio hasta una estrella de la que conozcamos las
coordenadas y que sea preferiblemente de primera magnitud. Pongamos por ejemplo
la estrella Altaír de la constelación el Águila; soltando las mordazas de ascensión
recta y declinación moveremos el tubo del telescopio manualmente y la
centraremos en el buscador. Una vez la
tengamos enfocada moveremos, mediante una pequeña presión, los círculos graduados
hasta colocar la posición de las
coordenadas celestes de Altaír, que son 19h 48m en ascensión recta y +8º 44’ en
declinación. A partir de este momento, usando el buscador y aunque tengamos que
hacer pequeñas correcciones ( si no
hemos orientado muy bien el telescopio) podremos ver y los objetos celestes
teniendo la información de sus coordenadas celeste.
Puedo decir, que mis
conocimientos del firmamento estrellado, los he conseguido con un telescopio refractor
de 6 cm de abertura, una distancia focal de 1 metro y una montura ecuatorial.
He pasado noches estupendas efectuando la buscada en estrellas, cúmulos, planetas
u otros objetos celestes.
En la actualidad la Agrupación Astronómica
Perseo tiene un telescopio reflector de 30 centímetros de abertura y una
distancia focal de 3 metros, tipo Schmitd-Cassagrain totalmente automatizado,
con lo cual solo basta colocar el número del catálogo o las coordenadas del
objeto que queremos ver, la motorización
de la ascensión recta y declinación coloca el objeto en el objetivo de nuestro
telescopio y hace su seguimiento hasta
que cambiemos a otro objeto. El seguimiento automático es muy importante para efectuar fotografías astronómicas, ya sea con cámaras normales, CCD o cámara
web.